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viernes, 13 de diciembre de 2013

Juegos de la Guerra Fría (II): Invasión U.S.A.

Los Estados Unidos no siempre han sido la potencia con vocación de gendarme mundial que es ahora,
aunque ya en franca decadencia. Durante décadas primó la llamada doctrina Monroe en la que definía su área de influencia dentro del continente americano, como han tenido la oportunidad de sufrir los amigos del sur. Sin embargo, a principios del siglo XX estalló la guerra en Europa y los estadounidenses comprendieron que el mundo de pronto había empequeñecido y sus intereses podrían estar no solo en su "patio trasero" sino en lejanos campos de batalla de continentes casi desconocidos para sus ciudadanos.

Desde su creación como estado el 4 de julio de 1776, en pocas ocasiones han sido atacados y mucho menos invadidos, siendo destacables la guerra de 1812 contra los ingleses y las escaramuzas de Pancho Villa en la frontera sur, tras el cual se enviaron a figuras míticas del ejército americano como el general Pershing, que daría nombre a un misil nuclear de alcance intermedio y el futuro general Patton. Su posición entre dos vastos océanos les hacía creer casi invulnerables a los ataques de posibles enemigos, hasta que llegó la paz en Europa tras la 2ª guerra mundial, y con ella, el terror a que el ejército rojo, con los impresionantes medios de transporte modernos, invadiera como una marea de sangre el país de costa a costa. Al fin y al cabo, los soviéticos tenían Alaska a tiro de piedra, y puntas de lanza desde donde lanzar sus ataques, como Cuba, Nicaragua, etc. Esto hizo que los estadounidenses intervinieran con más encono en la política de los países centro y sudamericanos intentando colocar gobiernos afines al de Washington y de paso se aseguraba de que ninguno de ellos amasara suficiente poder como para plantarle cara en el continente. En este contexto se desarrolla la invasión de Granada, Bahía de Cochinos, el golpe de estado de Pinochet y tantos otros.

De esta paranoia de la Guerra Fría surgió el "preparacionismo", que con la actual crisis civilizacional en la que nos encontramos, ha encontrado nuevo combustible con el que mantenerse en activo: personas que se arman hasta los dientes y se preparan para enfrentar con un gran poder de fuego, una cruenta lucha contra un hipotético invasor en sus calles residenciales. La cultura popular no podía mantenerse al margen de este miedo y películas como Amanecer Rojo (con reciente remake) o Invasión U.S.A. de Chuck Norris, mostraban dicho escenario a unos impresionables americanos que corrían a avituallarse de M16 y suministros que almacenaban en sus búnkeres familiares mientras dedicaban los fines de semana a disparar ciervos con nombres como Anatoli o Sergei.

Y como no podía ser menos, los videojuegos también se han ocupado de este tema, en títulos de diversa 
índole, aunque ha sido el género de estrategia bélica el que obviamente mejor lo ha representado. Estos son algunos de los más destacados:

Freedom Fighters: cuando Eisenhower envió los primeros consejeros militares a Vietnam del sur, lo hizo con una idea en mente, que el pequeño país asiático no cayera en manos del comunismo internacional. La teoría del dominó, que predicaba que si el bloque capitalista dejaba que un aliado cayera bajo la órbita soviética sin hacer nada, esto daría ánimos a las fuerzas subversivas de otros lugares y produciría una reacción en cadena de países que irían cayendo uno tras otro ante el totalitarismo soviético.

Es en una realidad alternativa en la que esta teoría se cumplió, en la que se desarrolla este juego de acción en tercera persona para PC, PS2, GameCube y Xbox lanzado en 2003. La Unión Soviética ganó la carrera atómica y puso fin a la 2ª guerra mundial lanzando una bomba nuclear sobre Berlín, convirtiéndose en un referente mundial y colocando regímenes amigos en todos los países del mundo, dejando totalmente aislados a los Estados Unidos.


Manejaremos a Christopher Stone, un fontanero, que junto a su hermano tiene la mala suerte de ir a hacer una reparación a casa de una conocida líder anticomunista, el día en que la URSS decide invadir Nueva York. Christopher logrará escapar pero los rusos capturarán a su hermano, lo que le llevará a iniciar una lucha contra el ocupante que le convertirá en el líder de la resistencia en la ciudad que nunca duerme, bajo el sobrenombre de "El fantasma de la libertad"; con claras reminiscencias a la guerra revolucionaria que dio forma al país, en el que son los propios ciudadanos los que cogen las armas para luchar contra la tiranía, lo cual se nota en la escasa, por no decir nula presencia del ejército americano en todo el juego (el favorito de las milicias sin ninguna duda)

El juego incluía un componente táctico pues a medida que íbamos cumpliendo objetivos, conseguíamos puntos de reputación que nos permitía llevar con nosotros a otros guerrilleros que podíamos encontrar por los escenarios y a los que podíamos dar órdenes básicas como: atacar, defender, seguirnos, etc. Como curiosidad, estaba planeada una segunda parte de este título, que finalmente no llegó a ver la luz. Se puede encontrar en Internet incluso una carátula del juego

Red Alert 2: Al final lo ha conseguido. Tras años de arduo trabajo, Albert Einstein consigue fabricar una máquina del tiempo con la que volver al pasado, liquidar a Hitler antes de que se convierta en líder del partido nazi y ahorrar al mundo el sufrimiento causado por la Segunda guerra mundial. Es así como viaja a la cárcel de Landsberg, donde Hitler ha pasado recluido los últimos meses tras el fallido Putsch de la cervecería de Munich y le dispara en cuanto sale de ella. Sin embargo este hecho acarreará imprevistas consecuencias, como cualquiera que haya visto Regreso al futuro sabrá. Sin la Alemania nazi para servir de contrapeso a la rusia comunista, Stalin lanza una invasión total contra Europa, poniendo a los aliados en jaque. Con nuestra ayuda, el premier soviético será derrotado solo para que su puesto lo ocupe un lejano descendiente del zar, cuyas ansias imperiales le llevarán a invadir los USA, comenzando por Nueva York, para esclavizar a sus habitantes con una baliza psíquica, lo que nos llevará a luchar, entre otros, en lugares como Washington D.C. o Hawaii.


Quién lo iba a decir ¿verdad?

¿Quién no conoce la saga Command and Conquer y su spin off Red Alert? Juego para PC de la mítica compañía Westwood, nos encontramos ante un RTS de la vieja escuela, en el que gana el que más unidades amase y lance contra la base enemiga. Divertido, rápido e ideal para jugar contra unos colegas.

World in conflict: título de Massive Entertainment, publicado por Sierra en 2007 para PC y X360
comienza con la invasión de Berlín en 1989 atravesando el muro los soviéticos, que piensan evitar el colapso económico del estado, con la guerra. Estando desarrollados la mayor parte de los juegos en los USA es normal que estos tengan lugar en dicho país, aunque el escenario europeo era mucho más realista. De todas formas se tenia por seguro que el viejo continente caería bajo las garras comunistas en cuestión de semanas, degenerando el conflicto en una guerra nuclear. La doctrina de la OTAN establecía que era imposible parar a la divisiones acorazadas soviéticas. Nunca se sabrá si dichos informes eran exagerados con el objetivo de que el complejo militar-industrial consiguiera más contratos para fabricar armas, pero el caso es que los rusos tenían muchos tanques y la resistencia de los aliados era paupérrima en comparación. Se decía que en cuanto cruzaran el Rin, el uso de las armas nucleares sería inevitable, aunque tampoco sabremos si se hubiera llegado a ese extremo o si era simple propaganda disuasoria. En caso de no apretar el botón, se recurriría a una defensa numantina en la península ibérica, que sería la base de operaciones desde la que lanzar una contraofensiva que devolviera la libertad a los territorios ocupados.

De todas formas, pese a este comienzo, WIC tiene lugar en la costa oeste de los USA. Desde Seattle, y camuflados en inocentes contenedores de carga en barcos de transporte, las fuerzas soviéticas lanzan una 
invasión a gran escala, aprovechando que el grueso de las unidades americanas está en el continente europeo.

Nos encontramos ante un juego de estrategia en tiempo real (RTS) en el que en cada escenario que se nos plantee tendremos un número determinado de unidades con el que cumplir distintos objetivos. Nada de conseguir recursos para construir más efectivos, aunque en determinados momentos podremos conseguir tanto refuerzos, como apoyo de la artillería y de la aviación.

Con unos gráficos más que decentes y optimizado para correr en equipos antiguos con una calidad aceptable, es un juego más que recomendable para los amantes de la táctica, pues también deberemos hacer un buen uso del terreno si no queremos acabar hechos fostatina a las primeras de cambio.

Dos años después se lanzó la expansión Soviet Assault, con seis nuevas misiones en las que controlaremos al bando soviético en su lucha por el control de los USA y que unido al juego original, nos ofrece una visión más cinematográfica de una historia más emotiva de lo que uno podría pensar viniendo de un juego de guerra.

Dejando de lado el escenario de la Guerra Fría, hay que hacer mención a distintos títulos en los que se planteaba también la invasión del territorio americano. Como por ejemplo Homefront, de Kaos Studios para PC, PS3 y X360 en el que el enemigo ruso se cambia por el más actual norcoreano, que tras una serie de catastróficas desdichas se convierte en una potencia regional en Asia (total, por fantasear...) Una alternativa algo más realista se nos ofrece en Turning Point: Fall of liberty, en el que tras la muerte de Churchill a principios de los años 30, los nazis se hacen con el control de Europa y ponen sus ojos en los Estados Unidos. Si en Freedom Fighters manejábamos a un fontanero, en esta ocasión el protagonista es un obrero de la construcción. ¿Casualidad?. Dicen que es un FPS tan malo que no merece la pena hablar más de él. Y por supuesto, no se puede dejar de hablar de la saga Modern Warfare, donde los rusos intentan, una vez más, hacerse con la costa este de su archienemigo, por un quítame allá esas pajas.

Todos los juegos, como hemos visto, se basan en escenarios inventados, unos más realistas que otros. No hay ninguno que tome determinados puntos de la historia pasada para a partir de ahí tejer una historia. Y esto es así porque durante la Guerra Fría una invasión tanto de los USA como de la URSS era imposible. Empezando por la logística de una invasión de esa escala seria imposible de ocultar. Tanto uno como otro tenían un complejo sistema de radares y satélites que habría detectado cualquier aeronave sospechosa o barcos que zarparan con rumbo a sus fronteras; hay cosas que no se pueden ocultar. Por ejemplo en El juego de Ender, uno de los personajes detectaba que la facción soviética se estaba preparando para la guerra por el cambio en los horarios de los trenes con el fin de reacomodar los convoys de tropas.

Por desgracia, la única forma en que ambos colosos se hubieran podido enfrentar de forma directa hubiera sido con un intercambio de misiles nucleares. Por suerte, nunca tuvimos que vivirlo.

domingo, 8 de diciembre de 2013

Blitzkrieg I y II

La 2ª guerra mundial es el conflicto armado más representado en el mundo de los videojuegos, pues es la guerra maniquea por antonomasia, de la lucha contra el mal encarnado por los crueles nazis por parte de las fuerzas del bien encarnadas en los aliados. Si se escarba un poco más veremos que hay más matices aparte del blanco y del negro, pero para pasar el rato con un mando en la mano, eso no nos interesa. O no les interesa a las compañías, aunque esa es otra historia.

Uno de los juegos que trata de abarcar las batallas que se sucedieron a lo largo y ancho de Europa es este juego de estrategia en tiempo real llamado Blitzkrieg del estudio independiente ruso Nival Interactive, y publicado por los alemanes de CDV, veteranos del género con aquel menos conocido Sudden Strike y que compartía el sistema de juego con el título que nos ocupa hoy.

Blitzkrieg es más un juego táctico que estratégico, pues en cada una de las misiones que se nos asigne, tendremos una determinada cantidad de unidades a nuestra disposición para salir victoriosos, pudiendo esporádicamente recibir refuerzos y apoyo aéreo limitado. No es un RTS al uso donde construir unidades con los recursos que encontremos en el mapa. Aquí tenemos unos objetivos, unas unidades y un enemigo enfrente que intentará hacernos picadillo. El juego terminará cuando hayamos vencido o nuestro último soldado haya expirado. Lo que ocurra antes.

Como en todo juego ambientado en esta época, tendremos a nuestra disposición tres campañas jugables: una para los aliados, bastante sencilla, otra para los nazis, más complicada y una tercera en la que controlaremos a los soviéticos. En cada una de ellas tendremos la oportunidad de batirnos el cobre en los distintos teatros de guerra históricos en los que tuvo lugar la contienda.

En cada uno de ellos encontraremos tanto misiones ficticias, con las que ganar nuevas unidades para nuestro ejército o mejorar las que tenemos, como históricas, que marcarán el final del escenario una vez que las completemos. Las misiones ficticias son algo repetitivas: tomar un pueblo o un puente y defenderlo, hacer de escolta, repeler un ataque, y distintas variantes. Si jugamos demasiadas misiones de este tipo corremos el riesgo de que se nos haga algo repetitivo. Las misiones históricas por el contrario, son muy distintas entre si y se ajustan en lo posible a los hechos que tratan de representar. Nos plantearán retos novedosos que pondrán a prueba nuestras dotes de mando.

Comenzamos el juego con un número determinado de unidades propias que estarán presentes en todos los escenarios del juego, y que a medida que vayan acabando con las fuerzas enemigas, irán ganando experiencia y subiendo de nivel, lo cual mejorará sus estadísticas de velocidad, defensa, ataque, etc.

Al finalizar una misión se nos dará una puntuación en determinados aspectos del arte de la guerra como táctica, arte de la guerra....de cuyo nivel dependerá que subamos de rango. Además, si cumplimos con determinados objetivos nos premiarán con medallas, sin influencia directa en el juego más que inflar el ego del jugador.

El juego se termina haciendo sencillo, con la artillería se barre el terreno donde creamos que se esconde el enemigo y luego los tanques pueden encargarse de terminar con las bolsas de resistencia que queden, mermadas por el bombardeo sin descanso al que ha sido sometido el enemigo. Un buen manejo táctico es vital pues si lanzamos todas nuestras fuerzas contra el enemigo, como se suele hacer en títulos como Warcraft, C&C, etc, lo único que conseguiremos será un buen amasijo de hierro y carne picada.

Dispondremos de refuerzos aéreos con los que observar cualquier lugar del mapa, cubierto por la típica niebla de guerra, bombardear una posición o atacar aviones del enemigo que no dudara en lanzar contra nosotros a sus bombarderos y sus cazas. Efectos meteorológicos en el escenario durante la partida influirán en la disponibilidad de esta ayuda aérea que por otra parte solo podremos usar un numero determinado de veces.

Tendremos también la posibilidad de jugar con los colegas, pero únicamente por LAN pues parece no haber ningún servidor del juego en funcionamiento. Tiene opción para jugar a través de GameSpy, pero no lo probé y no puedo decir si funciona aún o no.

Aparte, si no tenemos experiencia en esta clase de juegos podremos practicar con sus tutoriales. Un juego en definitiva muy recomendable y extenso con el que matar las horas.

A lo largo de los años fueron surgiendo distintas expansiones y juegos desarrollados con el mismo motor. Los más destacables son Stalingrad, que narra los hechos acaecidos en la que fue la tumba del VI ejército del alemán Von Paulus; Desert Law, basado en un mundo postapocalíptico con vehículos que podrían haber salido de Mad Max y Cuban Missile Crisis: The Aftermath, en el que la guerra fría entre los USA y la Unión Soviética estalla tras la famosa crisis de los misiles.

Apenas dos años después, salió al mercado su secuela con el original título de Blitzkrieg 2, una continuación con mejores gráficos, una banda sonora ESPECTACULAR, lo mejor que se ha escuchado en un juego de estrategia hasta ahora y una de las grandes de la historia de los videojuegos (imposible no levantar el puño en alto al escuchar la fanfarria que sonará cuando salgamos victoriosos de una misión con los soviéticos) y diferencias notables en la jugabilidad, como ya no apenas se ven en las secuelas de los videojuegos de más éxito.

La estructura del juego es la misma que en la de su predecesor. Mismas campañas para mismos contendientes, aunque en esta ocasión los USA combatirán en el frente del Pacífico contra los japoneses.

La dificultad en este juego es mayor que en su predecesor aun seleccionando en ambos el nivel de dificultad normal. Es un juego más exigente que nos llevará al límite de nuestras fuerzas. No podremos mantener nuestras unidades de una misión a otra, como sí podíamos hacer en Blitzkrieg. No hay misiones genéricas, todas son distintas dentro de las circunstancias de la guerra y no dispondremos de las opciones aéreas presentes en Blitzkrieg 1, presentándose los cazas y bombarderos como unidades a las que podremos recurrir al pedir refuerzos, limitados a un número determinado por la misión. Los que no gastemos en una se acumularán para las siguientes. Y conviene hacer el mínimo uso de ellas pues tras cumplir todas las misiones del escenario, se desbloqueará una ultima a modo de "jefe final" en la que sudaremos sangre.

Según vayamos ganando puntos subiremos de rango y al hacerlo obtendremos comandantes para dirigir nuestras unidades. Las unidades sin comandante no podrán subir de nivel ni mejorar sus capacidades bélicas con ello, por lo que conviene asignar los que tengamos a las unidades de las que más vayamos a echar mano.

En este juego no vale el barrido de artillería porque en muchísimas misiones no dispondremos de ella, tendremos que superarlas con las unidades que nos toque. La IA del enemigo es buena y la sensación de que nos hemos salvado por un pelo del desastre estará muy presente en muchísimas fases.

Tanto en uno como en otro título la velocidad del juego se puede aumentar o disminuir, de forma que no resulte muy pesado un barrido de artillería intenso. Además por si la extensión del juego no fuera suficiente, podremos jugar a misiones y campañas desarrolladas por los miembros de la comunidad, con lo que aburrirse, es un imposible.

Para saber más:
Blitzkrieg Español: Blog sobre el juego en español, con mapas, campañas, herramientas...lo cual se agradece bastante.
Página oficial de Blitzkrieg donde encontrar todos los títulos disponibles de esta extensa saga.


Se nota de dónde son los desarrolladores. Las mejores melodías son las soviéticas.

miércoles, 6 de marzo de 2013

Juegos de la Guerra Fría (I)

Abril de 1945. Europa lleva más de un lustro de conflicto armado de proporciones apocalípticas, iniciado por las políticas expansionistas de Hitler. Multitud de países cayeron bajo el yugo nazi pero eso ya es historia. El Reich que iba a durar 1000 años está cercado, 11 años después de su creación, en una pinza mortal por las fuerzas de los aliados. En el oeste por los ejércitos anglo-americanos y en el este por el ejército rojo de la Unión Soviética. 


A finales de mes ambos contendientes se dieron la mano en el Elba y confraternizaron entre ellos bebiendo vodka y cerveza, cantando y soñando con la vida que llevarían de civiles, mientras en las altas esferas se repartían el continente partiéndolo en dos, la mitad occidental bajo influencia americana y la oriental bajo la soviética, que no tardó en crear gobiernos títeres en los países bajo su "jurisdicción", lo que causó un gran temor entre los aliados que temían que Stalin no se detuviera ahí e instaurara regímenes comunistas en todo el mundo por la fuerza directa o por métodos clandestinos. Los antiguos aliados se convirtieron en enemigos y dio comienzo: la Guerra Fría.

Este conflicto de baja intensidad entre las dos superpotencias influyó en todas las áreas de la vida y la cultura: cine, televisón y música entre otras formas de arte, dieron forma a los temores, anhelos, historias o sufrimientos que provocó, y cuando aparecieron los videojuegos, estos no pudieron abstraerse del contexto histórico y social en el que fueron creados.

Obviamente los juegos con temática de la guerra fría tocaron la vertiente militar del conflicto, con especial atención a la década de los 80, finiquitada la distensión de la década anterior, cuando la industria experimentó grandes avances en la tecnología una vez superado el crash del 83.

La lista de títulos sería muy extensa, sin embargo intentaré hablar de los más destacados en sucesivas entregas.

. S.D.I.: acrónimo de Strategic Defense Initiative (Iniciativa de defensa estratégica), aunque a la versión para Master System II se la llamó "Global Defense". Hace referencia al popularmente conocido como "Guerra de las galaxias" de Reagan, un complejo sistema de defensa antimisiles que consistía en plataformas orbitales de ataque armadas con cohetes e incluso haces de partículas o lásers, satélites militares y una compleja red de radares entre otros sistemas, que de haber sido llevado a cabo en su totalidad, hubiera supuesto el inicio de una acentuada carrera armamentística y la ruina total de los EEUU. Dicen que fue el intento de hacerse con un sistema de defensa parejo lo que empujó a la URSS hacia su caída, en un análisis demasiado simplista desde luego.

El juego, publicado en 1987 por SEGA,  consiste en dos tipos de fases. En una, tomaremos el control de un satélite militar que debe acabar a tiros con los misiles enemigos que nos vengan al paso mientras recorremos el espacio junto a la Tierra. Manejábamos el satélite y la mirilla de disparo de forma independiente y el control en Master System añadía un plus de dificultad que no existía en otras plataformas. Al mover la cruceta del pad controlábamos la mirilla y con el botón 1 disparábamos, pero si un misil venia hacia nosotros debíamos esquivarlo dejando pulsando el botón 2 y moviendo la cruceta. Debíamos procurar eso si que no se nos escapara un número determinado de misiles. Puede parecer farragoso pero desde luego no se me ocurre otra forma de controlar nuestro satélite.

En el segundo tipo de misiones nos encontramos con un ¿homenaje? digamos una versión sencilla del Missile Command. Con la parte superior de la esfera terrestre como escenario deberemos acabar con todos los misiles que caígan sobre ella haciéndolos explotar antes de que acaben con nuestras ciudades.


Pese a su dificultad y su sencillez (o más bien gracias a ella) el juego se volvía desafiante para quien lo probara, aunque a decir verdad poco tenia que ver con aquella "Guerra de las galaxias" que tantos ríos de tinta hizo correr en la prensa de su tiempo.

. Red Storm Rising: En los 80 el rey de los thrillers políticos era Tom Clancy. Antes de convertirse en el padre de las operaciones especiales con Rainbow Six o Ghost Recon o las de espionaje con Splinter Cell, todos ellos libros que se volvieron videojuegos, en 1986 escribió Red Storm Rising (Tormenta Roja en español) un libro que incluso llegó al despacho oval de la Casa Blanca por el realismo con el que trataba una posible Tercera Guerra Mundial.

No había pasado demasiado tiempo tras la rendición japonesa, cuando el mundo entero comenzó a temer un nuevo choque armado que esta vez si, terminase con todas las guerras y con la humanidad de paso. Aquel Armaggedon pudo haber comenzado en cualquier rincón del planeta, como en Corea a principios de los 50 sin ir más lejos, aunque la tensión reinante en Berlin tras el bloqueo terrestre de la ciudad en 1948 hacia pensar que todo comenzaria en los alrededores del Checkpoint Charlie, en la frontera entre la RFA y la RDA donde los tanques de uno y otro bando se vigilaban cañón frente a cañón, nerviosos y desconfiados.

Sin embargo, la crisis del petróleo del 73 abrió un nuevo escenario de conflicto que podría degenerar en un holocausto atómico: Oriente Medio y sus ricos campos petroliferos.

En el libro, los soviéticos querían hacerse con ellos tras un atentado islámico contra sus principal instalación petrolifera. El politburó sabia que de hacerlo directamente desencadenaria una guerra total por lo que se dedica a crear una farsa que le permita atacar Europa occidental amparado en el "derecho" y la "legalidad" con el fin de restringir el uso de armas nucleares y de paso, de forma indirecta, con las mejores unidades de la OTAN enfrascadas en alemania, atacar Oriente Medio sin demasiada oposición.

La historia se centraba sobre todo en las operaciones submarinas y de la marina de superficie, como asi lo hace el juego, un simulador de submarinos publicado en 1988 por Microprose, que nos pondrá a los mandos de uno en el Mar del Norte, cerca de Noruega, en los comienzos del conflicto. Mientras atacamos cargueros rusos, evitamos desembarcos y nos escabullimos de otros submarinos, iremos siguiendo la trama de la novela con mensajes en pantalla y breves animaciones. El juego en si nos mostrará distintas pantallas tácticas en las que deberemos detectar enemigos evitando ser detectados, seguirlos y en última instancia, hundirlos al fondo del mar.

Posteriormente, Tom Clancy crearía su propia productora de videojuegos con el nombre de este juego / novela: Red Storm Entertainment, que posteriormente fue comprada por Ubisoft.

. Raid over Moscow: Tan importante como tener los medios con los que destruir al enemigo era obtener la información necesaria sobre sus actividades, potencial de armamento, situación de las bases, etc. En la época previa al desarrollo de los satélites el espionaje se basaba en acciones sobre el terreno llevadas a cabo por valerosos hombres y mujeres que se infiltraban tras las lineas enemigas bajo distintas tapaderas. El desarrollo de la aviación militar llevó a la creación de aparatos que podían aumentaban su techo operativo pudiendo alcanzar alturas que les hacían invisibles para los radares enemigos, unidos a la mejora de los aparatos fotográficos dieron lugar a la creación del espía perfecto: el U2, que tuvo en los 60 su época dorada continuando en servicio incluso cuando los satelites de reconocimiento se hicieron frecuentes.


Su historial de actuaciones le llevó a los campos de batalla de Vietnam, el atolón de Mururoa donde los franceses probaron su bomba atómica y la isla de Cuba donde descubrió los misiles soviéticos que amenazaron con comenzar la tercera guerra mundial; sin embargo el incidente más conocido ocurrió en 1960 cuando un U2 pilotado por Francis Gary Powers, fue derribado sobre territorio de la Unión Soviética mientras trataba de fotografiar silos de misiles intercontinentales.

Y el conocimiento de la localización de estas bases es lo que permite a nuestro escuadrón, repeler los tres ataques de misiles  que nos lanzarán los soviéticos en Raid over Moscow, juego multifase de U.S. Gold en el que primero deberemos desbaratar el ataque en un shoot´m´up de scroll lateral en el que tendremos que destruir las estructuras enemigas hasta llegar al centro de lanzamiento de misiles para hacerlo cenizas. Podremos modificar la altura del avión para esquivar obstáculos.

Posteriormente nos dirigiremos a un centro de mando en Moscú para, en una primera fase, deberemos usar fuego de mortero en un arcade con vista de tercera persona con el Kremlin como escenario, para deshacernos de los soldados soviéticos. Una vez eliminados nos las veremos con dos robots que guardan el reactor nuclear del complejo, en un nivel que recuerda ligeramente a "Discs of Tron". Al segundo deberemos destruirlo en un tiempo inferior a dos minutos o de lo contrario no habrá supervivientes y aun terminándonos el juego, habremos fallado en nuestro cometido.

Existe un remake de 2008 para PC, cuyos gráficos dejan mucho que desear. Podréis descargarlo desde la siguiente dirección:  http://layden.retroremakes.com/


Video del desarrollo del remake de Red Storm Rising

miércoles, 27 de febrero de 2013

Wings of Honour - Battles of the Red Baron Arcade

La 1ª guerra mundial es el conflicto de mayor envergadura que menos representación ha tenido en el mundo de los videojuegos. Aparte de los clásicos juegos de estrategia por turnos, solo me viene a la cabeza el anacrónico World War Zero, donde la primera guerra mundial se había alargado hasta 1964. Posibles causas para este abandono son el arcáico armamento usado en la contienda, las pobres tácticas desarrolladas en la misma y la predominancia de las cargas masivas de infantería contra las lineas enemigas lo que daría lugar a los juegos más breves de la historia: saltar de la trinchera y recorrer tres metros antes de caer fulminado por el fuego de ametralladora (y aún así sería más divertido que el FIFA 2013)

Donde si hubo mas "movimiento" fue en la guerra submarina y en la incipiente lucha aérea, método de combate en el que se encuadra este "Wings of Honour - Battles of the Red Baron" un arcade de combate aéreo de los desarrolladores City Interactive publicado allá por 2006 en el que paradójicamente no manejaremos al célebre Baron Richtofen, sino que surcaremos los cielos de los campos de batalla europeos a bordo de varios aparatos de la época pertenecientes a los aliados, como el Sopwith Camel. Nos encontramos ante un juego nada extenso, con el que poder matar algunos minutos. En la versión completa del juego (la que comento es la versión portable del título con el mismo nombre) dispondremos de dos campaños con diez misiones cada una para cada bando de la guerra, además de un multijugador que alargará la vida del título.

Qué lo hace bueno:

. Variedad de misiones: defenderemos un convoy de barcos en puerto, tendremos que destruir un tren blindado, hundir la flota enemiga, bombardear instalaciones terrestres o ponernos tras un cañón antiaereo con el que defender nuestra base de aviones y zeppelines. Basicamente el juego consiste en disparar a todo lo que se mueva pero en escenarios que al menos no parecerán demasiado similares.

. Control: el juego se maneja con el ratón de forma precisa y estable. Nos sentiremos con el control total de nuestra nave y si en algún momento somos derrotados no podremos culpar a un movimiento errático de nuestro avión.

. Su principal virtud es la simpleza. No tiene una historia enrevesada, ni siquiera interesante, ni siquiera hay una propiamente dicha solo un pequeño resumen del momento histórico de la batalla en la que lucharemos. Al inicio de la misión nos encontramos en el aire a pocos metros de nuestros enemigos con el único objetivo de huir de sus balas y acabar con ellos lo más rápidamente posible.

Qué podría mejorar:

. Gráficos: tan viejos como la propia gran guerra. Impropios de un titulo de 2007 aunque gracias a ello funciona a gran resolucion en equipos antiguos. Cumplen con su cometido de representar de forma relativamente fiel los distintos modelos de aviones de la época.

. Número de fases: las quince misiones del juego son del todo insuficientes, para colmo son demasiado cortas. Saben a poco.

. En el juego existe un anacronismo importante: el uso de misiles, que no serían inventados hasta la segunda guerra mundial. En un juego como este cuya única pretensión es divertir por unos minutos, este es un detalle sin importancia, sin embargo una producción seria debería tener estas cosas en cuenta.

Backside Games Studios

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