Del niño mago más famoso de los últimos tiempos se han creado infinidad de productos culturales, incluidos videojuegos. He de decir que hay tantas películas que versionar y tantas versiones diferentes incluso para juegos basados en una misma película o libro, que he perdido la cuenta. Yo me inicié con el más que correcto plataformas Harry Potter y la piedra filosofal, gran juego por cierto, pero me son totalmente ajenas posteriores secuelas.
Sin embargo el otro día, rebuscando en mi disco duro, me encontré con una copia de este Harry Potter y el cáliz de fuego, correspondiente a la cuarta película de la saga, pues por regla general los juegos de Potter suelen tomar la imaginería presente en la gran pantalla. En un principio puede recordar a aquel primer título, aunque se han cambiado varias cosas.
Nada más arrancar el juego, nos dan a elegir el idioma. Eso está muy bien si no fuera porque no se guardará nuestra selección y cada vez que pongamos el juego tendremos que volver a seleccionarlo. Por regla general la selección de idiomas suele estar presente en el menú de opciones, siendo fácilmente solventable con el uso de una simple variable que almacene el valor correspondiente a la lengua del jugador. Decidieron ahorrarse dicho menú, sencillo hasta la nausea puesto que solo podremos seleccionar si queremos activos los subtítulos o no y molestarnos siempre que vayamos a jugar. Cierto que no es una gran molestia, pero son esos detalles los que restan al final puntos a un juego de 10. Por suerte al comprobar que las voces han sido dobladas por los dobladores del film, la picazón se pasa rápido.
La siguiente sorpresa es comprobar que el juego se controla únicamente con el teclado. Al menos yo fui incapaz de que este reconociera mi gamepad de Logitech. Tampoco parece haber una opción para configurar un joystick o pad. De todas formas el control con el teclado es agradable y personalmente lo agradezco en estos días en que todo va con el ratón. En cualquier caso hay que reconocer que para juegos así, un gamepad es la mejor opción.
Claro que los desarrolladores pudieron ahorrarse esto ya que no es necesario mover la cámara durante el juego, como en cualquier título en 3D de hoy día, pues la cámara nos fija y decide cual es la mejor perspectiva, lo cual servirá para crear planos espectaculares e impactantes y también para dejarnos vendidos en algunas ocasiones, pues la cámara no cambiará muchas veces hasta que no tengamos a un enemigo encima, por lo que hay que avanzar con cuidado.
El juego cuenta con diez fases que siguen la historia de la película bloqueadas en su mayoría al principio y las cuales tendremos que volver a visitar para conseguir escudos trimagos que nos permitirán desbloquear las siguientes misiones. Para llevarlas a cabo podremos elegir entre tres personajes: Harry, Hermione y Ron, aunque la elección es meramente estética, pues comparten los
Sin embargo el otro día, rebuscando en mi disco duro, me encontré con una copia de este Harry Potter y el cáliz de fuego, correspondiente a la cuarta película de la saga, pues por regla general los juegos de Potter suelen tomar la imaginería presente en la gran pantalla. En un principio puede recordar a aquel primer título, aunque se han cambiado varias cosas.
Nada más arrancar el juego, nos dan a elegir el idioma. Eso está muy bien si no fuera porque no se guardará nuestra selección y cada vez que pongamos el juego tendremos que volver a seleccionarlo. Por regla general la selección de idiomas suele estar presente en el menú de opciones, siendo fácilmente solventable con el uso de una simple variable que almacene el valor correspondiente a la lengua del jugador. Decidieron ahorrarse dicho menú, sencillo hasta la nausea puesto que solo podremos seleccionar si queremos activos los subtítulos o no y molestarnos siempre que vayamos a jugar. Cierto que no es una gran molestia, pero son esos detalles los que restan al final puntos a un juego de 10. Por suerte al comprobar que las voces han sido dobladas por los dobladores del film, la picazón se pasa rápido.
La siguiente sorpresa es comprobar que el juego se controla únicamente con el teclado. Al menos yo fui incapaz de que este reconociera mi gamepad de Logitech. Tampoco parece haber una opción para configurar un joystick o pad. De todas formas el control con el teclado es agradable y personalmente lo agradezco en estos días en que todo va con el ratón. En cualquier caso hay que reconocer que para juegos así, un gamepad es la mejor opción.
Claro que los desarrolladores pudieron ahorrarse esto ya que no es necesario mover la cámara durante el juego, como en cualquier título en 3D de hoy día, pues la cámara nos fija y decide cual es la mejor perspectiva, lo cual servirá para crear planos espectaculares e impactantes y también para dejarnos vendidos en algunas ocasiones, pues la cámara no cambiará muchas veces hasta que no tengamos a un enemigo encima, por lo que hay que avanzar con cuidado.
El juego cuenta con diez fases que siguen la historia de la película bloqueadas en su mayoría al principio y las cuales tendremos que volver a visitar para conseguir escudos trimagos que nos permitirán desbloquear las siguientes misiones. Para llevarlas a cabo podremos elegir entre tres personajes: Harry, Hermione y Ron, aunque la elección es meramente estética, pues comparten los
mismos atributos. Una vez hayamos elegido a uno, los dos restantes nos acompañarán en nuestra aventura, aunque su rendimiento es francamente deficiente a la hora de tratar con los enemigos o de recoger grajeas. Por suerte son más efectivos cuando necesitemos el poder de los tres para levantar piedras enormes, por ejemplo. Obviamente, en las fases que se correspondan a las pruebas del torneo de los magos, solo podremos controlar a Harry.
Durante las fases tendremos que recolectar grajeas escondidas en jarrones, colmenas, muros que se rompen, enemigos que mueren, etc. Con ellas podremos comprar cartas, que se irán desbloqueando a medida que superemos los niveles, que nos darán habilidades si las tenemos equipadas, como resistencia+10, hechizos más fuertes, etc. Solo podemos equipar 3 al mismo tiempo y están decoradas con fotogramas de la película. De esta forma se potencia también la rejugabilidad de los diferentes niveles, fomentando el coleccionismo innato de los jugadores. Aunque conseguir cartas buenas es sencillo limitándose a seguir la narrativa del juego.
El control tiene un pequeño problema con un uso confuso de los hechizos. Con la tecla Z invocaremos Accio para atraer grajeas, ranas de chocolate que repondrán nuestra energía, etc, S es para potenciar la fuerza de nuestros hechizos y X y C alternarán entre distintos hechizos según las circunstancias y el entorno, lo cual es un engorro en pruebas como en el Desafío de Moody en el que tendremos que usar tal o cual hechizo para conseguir la medalla de oro. Igual en el manual cuentan como ejecutar cada hechizo de forma correcta, pero yo no gasto de eso.
Nuestro nivel de salud vendrá determinado por una cantidad numérica. Personalmente me gustan más las barras de energía. Son más estéticas. Es verdad que con números uno puede calcular cuántos toques de un enemigo puede permitirse pero nadie lo hace al final, y menos en un juego con cierto trasfondo arcade, cuando luchemos con las bestias que nos saldrán al paso.
Buen juego en cualquier caso que he de decir que se me hizo algo cansado de jugar pues si bien no está mal la idea de volver a visitar determinados niveles para acceder a zonas vetadas al carecer del hechizo adecuado, a veces había que volver a tal o cual nivel hasta 3 veces. Si a todo eso le sumamos que el rollo Metroidvania no es que me apasione, se entiende que terminara por desinstalarlo antes de terminármelo cuando solo me quedaban dos fases.
Durante las fases tendremos que recolectar grajeas escondidas en jarrones, colmenas, muros que se rompen, enemigos que mueren, etc. Con ellas podremos comprar cartas, que se irán desbloqueando a medida que superemos los niveles, que nos darán habilidades si las tenemos equipadas, como resistencia+10, hechizos más fuertes, etc. Solo podemos equipar 3 al mismo tiempo y están decoradas con fotogramas de la película. De esta forma se potencia también la rejugabilidad de los diferentes niveles, fomentando el coleccionismo innato de los jugadores. Aunque conseguir cartas buenas es sencillo limitándose a seguir la narrativa del juego.
El control tiene un pequeño problema con un uso confuso de los hechizos. Con la tecla Z invocaremos Accio para atraer grajeas, ranas de chocolate que repondrán nuestra energía, etc, S es para potenciar la fuerza de nuestros hechizos y X y C alternarán entre distintos hechizos según las circunstancias y el entorno, lo cual es un engorro en pruebas como en el Desafío de Moody en el que tendremos que usar tal o cual hechizo para conseguir la medalla de oro. Igual en el manual cuentan como ejecutar cada hechizo de forma correcta, pero yo no gasto de eso.
Nuestro nivel de salud vendrá determinado por una cantidad numérica. Personalmente me gustan más las barras de energía. Son más estéticas. Es verdad que con números uno puede calcular cuántos toques de un enemigo puede permitirse pero nadie lo hace al final, y menos en un juego con cierto trasfondo arcade, cuando luchemos con las bestias que nos saldrán al paso.
Buen juego en cualquier caso que he de decir que se me hizo algo cansado de jugar pues si bien no está mal la idea de volver a visitar determinados niveles para acceder a zonas vetadas al carecer del hechizo adecuado, a veces había que volver a tal o cual nivel hasta 3 veces. Si a todo eso le sumamos que el rollo Metroidvania no es que me apasione, se entiende que terminara por desinstalarlo antes de terminármelo cuando solo me quedaban dos fases.
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