Compañia: Nintendo
Sinopsis: En una acción impensable, Bowser secuestra una vez más a la princesa Peach pero en esta ocasión se la lleva al colorido mundo de los dinosaurios. Allí, lejos de cualquier champiñón, Mario recibirá la ayuda de Yoshi, un dinosaurio verde de la familia de los Ornitisquios con la habilidad de tragarse a sus enemigos y luego escupirlos, adquiriendo otros poderse según el color del caparazón de la tortuga que nos comamos. Mientras nos dirigimos al castillo de Bowser en el centro de la tierra, nos iremos enfrentando a sus siete hijos, que esperan al fontanero en sendas fortalezas al final de las distintas zonas que conforman el mapeado. Como veis, la historia es más simple que un palo de madera pero no es ahí donde reside el punto fuerte de cualquier plataformas, sino en su jugabilidad.
¿Qué lo hace bueno?
- El control: algo que nunca me ha gustado de los primeros Mario Bros es la inercia en el movimiento del personaje. Si pulsábamos el botón derecho, al soltarlo, este seguía moviéndose en esa dirección un pelin. No mucho, lo justo para sacarme de quicio cuando había que realizar algún que otro salto milimétrico o cuando aparecía de pronto un enemigo interponiéndose en nuestro camino. En SMW el control sobre el protagonista es total, hace lo que quieres cuando quieres, como un mayordomo inglés.
- Niveles secretos: No es una simple fase sino todo un submundo oculto que podremos desbloquear si encontramos las salidas "alternativas" de las fases de las estrellas diseminadas por todo el mundo de los dinosaurios. Las fases de este submundo secreto son las mas difíciles de todo el juego y llegar a buen puerto en todas ellas modificará ligeramente algunos gráficos.
- Diseño de los niveles: Uno puede jugar de distintas maneras: con la precaución propia del novato en el mundillo, intentando buscar todos los secretos ocultos o haciéndose un "speedrun" sin parar un solo instante hasta llegar a la meta, haciéndote sentir que dominas el juego. Las fases están tan bien diseñadas que se pueden rejugar hasta el infinito sin llegar a aburrir.
- Gráficos: Hoy día los gráficos pretenden simular la realidad, pero para "realidad" prefiero mirar por la ventana. Además para determinados géneros el hiperrealismo sería incluso contraproducente. Una de las divisiones que vertebran el mundo de los videojuegos es entre partidarios de los polígonos y los adoradores de los píxeles y los que conforman la primera iteración de Mario en el cerebro de la bestia son atemporales, de una simplicidad y un colorido insuperables que, literalmente, te hacen soñar y sentirte lejos de ese mundo que puedes ver a través de tu ventana.
¿Qué puede mejorar?
- Nada. Si acaso podría haberse añadido millones de fases más, algo que se ha suplido con Lunar Magic y derivados, de los que hablaremos en otra ocasión, y que hacen hincapié en aumentar de forma endiablada la dificultad original del título, que para ser sinceros no es muy alta, aunque eso ayuda para que más allá de un simple juego, Super Mario World alcance la categoría de experiencia jugable. Sinceramente, en los distintos aspectos del juego, no se me ocurre cómo podría mejorarse.
Walkthrough
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